(Inglés) Después de la formación básica (o quizás era durante ella), conseguí un permiso y viajé a Los Ángeles. Se hablaba de las evacuaciones, así que ayudé a mi madre a empacar. Luego, fui a la escuela japonesa en donde hacíamos kendo y también las reuniones de los boys scouts. Veía a mucha gente que se mudaban a las aulas, por lo que pregunté: “¿Qué está pasando aquí?” y me dijeron: “Estas personas vienen de la Isla Terminal. Los echaron de ese lugar y no tienen a donde ir. Esa es la razón por la que están aquí.” Pero yo me preguntaba: “¿Cómo es posible que los hayan echado?”
Fue en ese momento que comencé a pensar que había algo malo aquí. Creo que era la primera vez que comenzaba a enfadarme. Incluso en el ejército, antes que todo eso ocurriera, yo no tenía problemas. En la formación básica todos los grupos eran mixtos. Yo pertenecía a un pequeño Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de Reserva (ROTC, por sus siglas en inglés) y a los boys scouts. Cuando teníamos la instrucción de orden cerrado, incluso el sargento sabía que yo era japonés y me permitió dirigir a todo el pelotón, siendo solo un aprendiz. ¿Te imaginas?, dirigiendo a todo el pelotón. No sentí ningún tipo de discriminación en el ejército. Pero, tiempo después, cuando me inscribí para la capacitación de oficiales, me dijeron: “No estás apto”; así que me decidí por la clase de suboficiales para convertirme en un suboficial pero se percibía cierta discriminación sutil por ser japonés y todo eso, pero no le eché la culpa a nadie. Me dije: “Bueno, así es la vida”. Pero fue con la “expulsión” de la gente de la Isla Terminal que podrías decir que yo comencé a enfadarme por primera vez.
Fecha: 25 de marzo de 2005
Zona: California, EE.UU.
Interviewer: Sojin Kim
Contributed by: Watase Media Arts Center, Japanese American National Museum