Siempre que me sorprende el cielo con el tono azul, me llena de nostalgia. La envidia de los colores produce en mí el estado emocional de su color. Corregí mi mente para estar en los años de mi infancia y sentirme aliviado. El Cine Continental, detrás de mí y yo, en plena plazuela, sirviéndome del “Lingo”, el juego del salto y apoyo porque todo lo hacíamos de la mejor manera y con la intención de pasarla bien.
Tal vez “El cielo azul” no se veía tan completo, pero el tono de un verano hacía d…